✍️ Jesús Torres
La prórroga que el presidente de EU, Donald Trump concedió a México para ampliar un mes más la entrada en vigor de los aranceles a productos mexicanos tuvo condiciones que ya está cumpliendo su homóloga, Claudia Sheinbaum.
El primerísimo de todo es el despliegue de 10 mil elementos de la Guardia Nacional a la Frontera Norte y que servirá para blindar al vecino país tanto del flujo de inmigrantes como el tráfico de drogas, entre estas el fentanilo.
A la inquilina de Palacio Nacional no le quedó de otra que acatar las condicionantes acordadas con Trump, como lo hizo López Obrador en 2019 al desplegar seis mil elementos de la Guardia Nacional a la Frontera Sur para contener el paso de migrantes centroamericanos hacia EU.
Aquella vez la medida fue anunciada por el entonces canciller, Marcelo Ebrard, hoy secretario de Economía, quien decía, se cumplía así con las exigencias fijadas por el presidente Trump para evitar tarifas arancelarias del 5% a todos los productos mexicanos.
Tres años después Trump recordaba que nunca había visto a nadie doblarse así, refiriéndose a López Obrador, cuando le ordenó al tabasqueño en una visita que hizo a la Casa Blanca, desplegar a 28 mil soldados para contener el flujo migratorio.
“Nunca he visto a nadie doblarse así. Entró a mi oficina y se ríe de mí cuando le digo: Necesitamos 28 mil soldados en la frontera, gratis. Él me miró y me dijo algo como ¿gratis? ¿Porqué haríamos eso en México? Le dije: Necesitamos algo llamado Quédate en México”, recordó Trump en esa ocasión.
Si alguien cree que esta vez con Sheinbaum, el presidente de una de las naciones más poderosas del mundo, fue diferente, por no decir benevolente, entonces desconocen una parte de la historia de esa relación entre México-EU.
Todavía falta ver las acciones que emprenderá el gobierno estadounidense contra los cárteles mexicanos considerados como terroristas y que Sheinbaum se reservó ante una probable intervención militar de EU.
El sobrevuelo en territorio mexicano de un avión espía de la Fuerza Aérea Norteamericana y el arribo de tres embarcaciones de la Marina de EU a las costas de Ensenada, Baja California, entre las que se incluye un portaaviones, de los más grandes del mundo, son el inicio de una avanzada que no llegan con propósitos de índole turístico.
Son parte, así se ve, de las exigencias no escritas por el Tío Sam y que más temprano que tarde irán revelándose. Entonces, ¿Quién está doblando a quién?
