#Crónica
- Hombres y mujeres salieron a las calles a festejar junto con ella, enfundados con coronas luminosas sobre sus sienes
- La avenida Gregorio Méndez Magaña fue un río humano de alegría y júbilo al paso de la joven Fátima Bosch Fernández, quien relució en un vestido rosa
A una sola voz, Tabasco se paralizó este domingo 14 de diciembre, para recibir por sus calles y aclamar en un estadio repleto, a su reina universal de belleza, Su Majestad, Fátima Bosch Fernández, quien en un giro sorprendente hizo que todos sus paisanos y paisanas salieran a las calles enfundados en coronas luminosas para festejar con ella su triunfo.
El recorrido de Miss Universo 2025, sobre un solo carro alegórico, atrajo a lo largo de más de tres kilómetros, a familias enteras, apostadas ambos lados de la larga avenida o sobre balcones de los edificios de dos o tres niveles, provenientes de los 17 municipios y de algunas entidades vecinas. Bosh Fernández iba ataviada con un vestido rosa, y nunca dejó de moverse al ritmo de la música, haciendo de esta jornada, el baile de su vida.
Padres cargando a sus niñas, adolescentes con coronas compradas a 70 pesos, jovencitos con cartulinas, reconociendo su belleza, como la de uno que escribió: «Me es escapé de mi mamá por ti, Fátima», y muchos celulares alzados para captar lo que, sin duda, se percibió como un momento histórico y feliz.
Incluso, al entrar al estadio Centenario 27 de Febrero, fue como si de nuevo se viviera aquel 31 de agosto de 1993, cuando los jugadores lograron el campeonato de béisbol de la entidad, cimbrando a aquella sociedad, solo que esta vez, el triunfo era de una sola persona: una sola mujer, y el premio, más que un campeonato, una corona universal.
Así fue recibida en el diamante, como una reina universal, arrancando suspiros y porras durante los cuatro minutos que se dedicó a saludar a las gradas hasta llegar al escenario.
La euforia de los presentes solo pudo descifrarse en la voz de Claudia Cecilia Gómez, moviendo todos los corazones para declarar, con las palabras precisas del gran compositor tabasqueño, Manuel Pérez Merino, que esta era una «noche de fiesta, buscando la Flor más bella, de todas ellas, a la que guste más».
«Sí se pudo, sí se pudo», decían desde las gradas. «No estás sola, no estás sola», coreaban ante sus significativas palabras. No sólo el área de público se llenó sino también el campo completo.
«Esta corona empezó aquí en Tabasco. Y no me voy a olvidar de mis raíces porque nadie sabe hacer fiesta como nosotros. Estoy feliz de estar de regreso a casa. Ustedes saben que sé trabajar duro por las cosas. Esta corona también es de ustedes», dijo en su discurso de agradecimiento, a quienes la siguieron en el desfile y la acompañaron en el Centenario.
Casi al final, después de que la presidenta Honoraria del Sistema DIF Tabasco, Aurora Raleigh de la Cruz, le colocara una banda bordada, y el Cabildo del municipio de Centro, le diera un reconocimiento, de manos de la Presidenta municipal, Yolanda Osuna Huerta, frente a miles de espectadores respetuosos, Fátima invitó a subir a «Miss Juanita», la prefecta de su secundaria, que le «metía reportes porque se lo merecía». Y al reencontrarse las dos y fundirse en un abrazo, el Centenario aplaudió conmovido por el detalle de una reina universal de belleza que es sencilla de corazón.
«Hoy, todos somos Fátima. Por eso yo también me puse la corona», dijo un joven con una corona luminosa en su cabeza. Su compañera, también con una presea similar sobre sus sienes, resaltó que la paisana es un nuevo ejemplo para las generaciones jóvenes, de lo que se puede lograr, incluso, “alzando la voz, sin ser prepotente”.
