René Alberto López
El otrora todopoderoso Adán Augusto, el mismo que de manera mordaz decía que un grupo de la prensa tabasqueña tendría que ir a buscar publicidad a Guatemala, porque en su gobierno no habría “nada para los periodistas”.
Si, el arrogante notario que logró llegar a las ligas mayores de la política nacional por obra y gracia de López Obrador, hoy enfrenta el peor episodio de su trayectoria, un infierno, debido a la suma de errores en su carrera política.
La sombra de Hernán Bermúdez, ex Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana durante su gobierno, lo seguirá de por vida, y todo por no escuchar a quienes, de buena fe, antes de asumir el mando, le advirtieron que tuviera cuidado, y, no fuera a nombrar a Bermúdez. Las personas que lo hicieron recuerdan ahora ese momento.
Pero Adán en esos tiempos, mareado de poder, hizo lo que le vino en gana, y, hasta antes del episodio que enfrenta ahora, se mostró como un político altanero, bravucón, burlón, capaz de enfrentar a golpes a opositores en el Senado.
Pero el Adán que vimos el domingo a través de imágenes en el consejo político nacional de Morena, era el de un político muerto en vida, derrotado, de pena ajena.
Sabe bien que el mundo se le viene encima, a pesar de que, por consideración, algunos militantes le apoyaron en el consejo gritando “no está solo”, tal vez porque saben que también Carlos Merino o más miembros del adancismo podrían ser llamados a declarar.
Mas, suceda lo que suceda en el caso Bermúdez, Adán perdió toda posibilidad de ser candidato en 2030. Otro que decidió también bajarse de esa aspiración fue Ricardo Monreal. Estaban listos para intentarlo de nuevo.
En la lista de Morena, que está en el imaginario popular, aún quedan Omar García Harfuch, a la cabeza; Marcelo Ebrard y Gerardo Fernández Noroña. Por el bando de mujeres, tomando en cuenta el cargo que ostentan, hasta el momento de escribir estas líneas, se mencionan a Rosa Icela Rodríguez, y Luisa María Alcalde.
Algunos lectores dirán, falta mucho, pero no piensan lo mismo, quienes aspiran. Por ejemplo, Evaristo Hernández, ya trabaja a todo vapor por los colores de Marcelo Ebrard. Va a jugar su última carta con el secretario de Economía.
En cuanto a los periodistas que Adán deseó mandar al exilio. Gozan de cabal salud. Ahí se las dejo.