✍️ Lester Wilson
Según información publicada recientemente en medios electrónicos, podría ser que la mayoría de las mujeres policías de tránsito que ingresaron en esta administración en Paraíso no aparezcan registradas en el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP). Se menciona que, hasta ahora, solo ocho agentes habrían sido evaluadas y acreditadas oficialmente, lo que plantea dudas sobre la situación del resto del personal.
Si esto fuera así, significaría que algunas de las uniformadas, aunque cumplen funciones en las calles, no contarían con la acreditación formal que exige la ley para actuar como policías de tránsito. Esto abre la posibilidad de que ciertos actos de autoridad —como multas o infracciones— podrían generar cuestionamientos legales si no fueran realizados por personal plenamente certificado.
Más allá de la legalidad, esta situación podría reflejar una simulación institucional: uniformar a personas que tal vez no estén registradas podría dar la impresión de un cuerpo de tránsito completo, aunque no cuente con la certificación que normalmente respalda la autoridad en las calles de Paraíso.
El hecho de que solo unas pocas agentes aparezcan en el sistema nacional plantea preguntas sobre la preparación y legalidad del resto del cuerpo de tránsito. Si la información resulta ser correcta, se trata de un asunto que podría afectar la confianza ciudadana en la autoridad local y la forma en que se aplican las normas de tránsito.
En Paraíso, queda la incógnita: ¿puede un uniforme otorgar autoridad si no está respaldado por la certificación oficial? La duda permanece, y solo la transparencia de las autoridades podrá despejarla.
Lo que sí es un hecho es que, en las últimas semanas, algunas de estas pseudo agentes han protagonizado actos bochornosos de abuso de autoridad, varios de los cuales han quedado documentados en las redes sociales, reforzando la desconfianza ciudadana en este cuerpo de tránsito.
 
		
 
									 
					