✍️ Eugenio Hernández Sasso
La complicación que México puede enfrentar con la llegada, por segunda ocasión, de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos (EE. UU.) de Norteamérica, radica fundamentalmente en dos cosas: la amenaza de incrementar inicialmente en un 25 por ciento los aranceles a las importaciones de nuestro país, y la deportación de migrantes.
En primer lugar, una de las propuestas de campaña de quien ocupará nuevamente la Casa Blanca a partir del 20 de enero de 2025, fue imponer un impuesto arancelario del 25 por ciento a las importaciones de México, si nuestro país no detiene la “avalancha de criminales y drogas” hacia el vecino del Norte.
La queja más severa del mandatario electo es por la introducción de fentanilo a su país, ya que tan solo el año pasado fallecieron alrededor de 80 mil personas por el consumo de este opiode.
Su deducción es que la droga es exportada por China, a través de México, y ambos países fueron amenazados con pagar esa cuota impositiva, la cual incrementará gradualmente hasta llegar al cien por ciento, si su demanda no es escuchada.
Si tomamos en consideración que México se ha convertido, desde el año pasado, en el socio comercial más importante de EE. UU. al generar más de 426 mil millones de dólares en mercancía intercambiados entre ambos países, el riesgo de un impacto negativo a la economía es evidente.
El otro factor es que México cuenta con uno de los contextos más complejos del mundo, caracterizado por altos niveles de emigración y una presencia cada vez mayor de personas deportadas, en tránsito, refugiadas y desplazadas.
Las estadísticas establecen que más de 700 mil personas, en situación migratoria irregular, ingresaron a México en el primer semestre de 2024; de éstos, un gran porcentaje entra por Chiapas, y, al cerrarse la frontera Norte ¿se tendrían que quedar en la república mexicana?
Donald Trump se comprometió con sus compatriotas a deportar un millón de migrantes cada año. Esto es preocupante, pues se calcula que 5 millones de mexicanos habitan en EE. UU de manera ilegal.
Estos compatriotas, a su vez, contribuyen a las remesas que se han convertido en uno de los respaldos más importantes de la economía mexicana, es más, en la administración anterior los envíos de dinero eran motivo de presunción.
Si esa cantidad de mexicanos es deportada, obviamente las remesas se van a reducir y, la riqueza fundamentada en ellas, podría enfrentar una severa sacudida que afectaría a todos.
En conclusión, el narcotráfico y la migración podrían impactar en la economía de México. Todo depende de la relación política que se establezca entre los gobernantes, de tal manera que se pueda superar este desafío coyuntural para bien de México y de todos sus habitantes.
Sassón
Trump no es feminista. Dobló a López y lo obligó a construir una muralla humana con la Guardia Nacional en la frontera Sur. Ahora amenazó con bombardear laboratorios de fentanilo en México y etiquetar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Como bien dijo un personaje ya fallecido: “Ta grueeeso”.