✍️ Eugenio Hernández Sasso
Ismael Brito Mazariegos no entendió a tiempo que debía retirarse, como los buenos boxeadores. Desafortunadamente las alud le ha jugado una mala pasada y ahora aduce graves problemas emocionales.
Sin embargo, eso no es nuevo, loco siempre ha estado, solo que antes fue de poder y ahora porque no lo tiene. Las cosas se invirtieron. El desprecio, inclusive de quienes en su momento fueron sus aliados, lo ha llevado a enfrentar una crisis de ansiedad y depresión que lo tienen al borde de un peligroso grado de desequilibrio.
Durante el tiempo que fue secretario de gobierno, en la administración de Rutilio Escandón Cadenas, su arrogancia lo trasladó a cometer abusos en contra de muchos. Se olvidó de aquella vieja regla de la rueda de la fortuna.
LE ESTROPEARON LA FIGURA
Uno de los agraviados fue el exdiputado Eduardo Zenteno, quien le puso el ojo de cotorra de un tremendo puñetazo, apenas la semana pasada, y si no se lo quitan seguro lo muele a golpes.
El motivo, según se dice, fue porque lo estafó con el argumento de que intercedería ante sus superiores para que no lo encarcelaran, pero al final de cuentas Zenteno tendría que desterrarse de Chiapas.
La situación fue que Brito no midió las consecuencias y, como todo aquel que siembra vientos cosecha tempestades, seis años después se le apareció el diablo en el Congreso del Estado y le cobró la primera factura.
Como la lista de afrentas en contra de diferentes actores de la política chiapaneca (y no políticos) es larga, ahora no sabe ni por donde le van a venir los golpes. Ya no siente lo duro sino lo tupido.
El jueves 12 de diciembre, por ejemplo, aún con los rezos que le ofreció a la Morena del Tepeyac no logró que en el Congreso del Estado le otorgaran la licencia que afanosamente solicitó por un año, dizque para atender sus problemas de salud mental.
Solo alguien que está dañado de sus facultades cerebrales puede pensar que, con todo el rechazo político que despliega, se le aceptaría una licencia por un año, cuando debió ser definitiva y no volver a Chiapas hasta que cambie su situación. Si es que tiene suerte.
Eso sería lo que procedería en un político inteligente, visionario, alguien que ante cualquier circunstancia permaneciera con los pies bien puestos en la tierra y sabría cuándo es su tiempo y cuándo éste termina.
NO ES VENGANZA, ES ACTO DE JUSTICIA
Tampoco se puede considerar lo que ahora le pasa como un acto de venganza de quienes están en el poder, en el hipotético caso de que hubiera ofendido a alguien de ellos en el pasado.
No, la cuestión no va por ahí, va en el sentido de que tendrá que pagar por todos sus excesivos actos de prepotencia y abuso de poder en el pasado.
Por ejemplo, el jueves en tribuna, el diputado del PRI, Rubén Zuarth Esquinca, lo señaló como responsable de la ingobernabilidad que se vive en Chiapas. Esto no es poca cosa. Habría que ponerle especial atención.
LO ACUSARON DE TODO
Por ejemplo, cuando el representante de la bancada tricolor consideró que es momento de hacer justicia por las víctimas y los daños que la gestión de Brito Mazariegos causó al estado como secretario de gobierno, también lo responsabilizó de feminicidios, corrupción desmedida y extorsiones a presidentes municipales. Ese fue su legado.
Entonces, no es de extrañarse que puedan pesar sobre el diputado incómodo, Brito, denuncias penales que pronto se habrán de conocer y lo más factible sea su desafuero para q ue enfrente a la ley sin el privilegio que la curul del Poder Legislativo le otorga. Su reinado impune ya terminó.
En ese mismo tenor se manifestaron representantes de las bancadas de Morena, PVEM y PT.
CERO IMPUNIDAD
Además, una de las premisas del gobierno de la Nueva ERA es precisamente combatir la corrupción y escribir una nueva historia de honestidad y humanismo en Chiapas. Qué mejor que iniciar enjuiciando a quienes se sirvieron del poder, tentaron el presupuesto y avasallaron a la gente.
¿Será muy difícil entender que la política es para servir al pueblo y no para tiranizar a los demás?
SASSÓN
Esto debe servir de experiencia para todos aquellos que en algún momento ocupan un lugar de privilegio en el poder. No se peleen con los que
están abajo, porque esos algún día van a subir, mejor enfréntense con los de arriba, pues esos segurito van en picada, salvo sus honrosas excepciones.