✍️ Eugenio Hernández Sasso
El gobierno mexicano es semejante a un paciente con problemas hepáticos a quien le diagnostican cirrosis y, a pesar de saber que se va a morir, no desiste en el consumo de alcohol.
No hay manera de entender cómo esta administración federal puede oponerse a colaborar con Estados Unidos para combatir la delincuencia, después de que las amenazas de Donald Trump se convirtieron en una realidad.
Durante su campaña, el presidente estadunidense prometió incluir a los cárteles mexicanos del narcotráfico en la lista de grupos terroristas, al asumir la presidencia lo confirmó y luego emitió la declaratoria correspondiente.
Esta semana que concluye se armó la polémica, porque los rumores de que aviones espías de EU sobrevolaban territorio mexicano para vigilar a los cárteles, fueron confirmados por el Pentágono.
La situación parece no inquietar mucho al gobierno mexicano, y, en vez de disponerse a resolver con seriedad la situación, se toma a la ligera.
Pero hay otros hechos que sí inquietan fuertemente a los nuevos inquilinos de Palacio Nacional.
La visita del senador Alejandro Moreno Cárdenas, presidente nacional del PRI, a Washinton D.C., causó nerviosismo entre quienes desgobiernan el país y desencadenó un nuevo ataque hacia su persona.
Fue tal la agitación en el ánimo de los morenistas que, de inmediato, procedieron a revivir la amenaza del desafuero de Alito Moreno, aunque legalmente haya sido exonerado de diferentes acusaciones orquestadas en su contra, desde el poder.
El presidente nacional del PRI se reunió de forma privada con líderes gubernamentales en el Capitolio y la Corte Suprema de la nación vecina.
Los asuntos a tratar se perciben clave para conservar la relación bilateral México-Estados Unidos, como la implementación de la reforma judicial, que podría traer un efecto diplomático en contra del Tratado Comercial de México, Canadá y EU (T-MEC).
Al vil estilo tiránico emergió de nuevo la presión con la posibilidad del desafuero del único líder verdaderamente de oposición en México.
El hecho pretende ejecutarse el próximo miércoles 19 de febrero desde la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y, con ello, someter a quien critica la mala actuación gubernamental.
Es probable que desde la Presidencia de la República no hayan medido las consecuencias, pues desafortunadamente para México los gobernantes de Morena actúan con las vísceras, más que con inteligencia.
Alejandro Moreno Cárdenas no solo es senador, presidente del PRI, representante de la verdadera oposición, sino también preside la Conferencia Permanente de Partidos
Políticos de América Latina y el Caribe (Coppal).
Esta es la organización más importante de, por lo menos, 72 partidos políticos progresistas de América Latina y el Caribe, de 30 países del continente. El trompo que están por echarse a la uña no es cualquier cosa.
Entonces, si ya de por sí existen problemas con EU, ¿se buscarán mayores rupturas con esas 30 naciones de América? Será bastante interesante ver cómo actúan los legisladores el próximo miércoles.
Sassón
En un país democrático, los gobernantes actúan como dictadores. Donde el pueblo votó por el combate a la delincuencia, la omisión durante más de seis años ha bañado de sangre el territorio nacional con 211 mil 454 homicidios dolosos, hasta ahora. ¿Qué más hace falta? Esta semana lo veremos.