✍️ Eugenio Hernández Sasso
Combatir la corrupción y erradicar la impunidad en la administración pública son dos conceptos de lo más emblemático en el régimen actual, sin embargo, a medida que pasa el tiempo la descomposición que se observa es equiparable a lo que quienes gobiernan criticaron desde la barandilla de la oposición, hace apenas siete años.
A nadie se le olvida aquella promesa de campaña: “Vamos a limpiar de corrupción el gobierno de arriba para abajo, como se barren las escaleras». El problema es que desde Tabasco se articuló una “Barredora”, pero no precisamente para asear sino para hacer todo lo contrario y fomentar el crimen organizado.
La desarticulación del cártel presuntamente comandado por Hernán “N”, alias “Bermúdez” y “El Abuelo”, ha sonado más fuerte que la alerta sísmica emitida este 19 de septiembre en todo el país. Advertidos ya están muchos.
El inconveniente reside en que todo puede quedar exactamente en un simulacro y no en una realidad que azote por completo a los criminales contemporáneos que, presumiblemente, se incrustaron en los gobiernos nacional, estatales y municipales.
La bronca más relevante, hasta este momento, es por la relación institucional que hubo entre alias “El Abuelo” y el ex gobernador de Tabasco Adán Augusto López, ya que el ahora imputado fue su secretario de seguridad pública.
Sin embargo, también pudo haber colaboración de alcaldes, exalcaldes, diputados, senadores, mandos policiacos a todos los niveles y personajes muy importantes de la política nacional.
Con un poco de suerte La Barredora bien podría cumplir su función y cepillar los lastres que la presidenta Claudia Sheinbaum heredó de su “Peje” antecesor, pues se dice que esa organización no solamente estaba involucrada en asociación delictuosa, extorsión y secuestro exprés, sino también traficaba huachicol fiscal.
Confirmar la complicidad de Adán con Hernán certificaría la hipótesis del “narcogobierno” en México. Los tentáculos de esa organización también podrían llegar más arriba y convertirse en un tema de “La Chingada”.
Desde la oposición, el presidente del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, ha revelado que “el narcosenador (así lo dijo) Adán Augusto López Hernández, era quien controlaba todo este tema (huachicol fiscal) a nivel nacional, desde la Secretaría de Gobernación”.
Afirmó que el líder de la Jucopo quiere protegerse, razón por la cual le quitó la Comisión de Marina en el Senado de la República. No solo fue una revancha, sino fue con toda la intención de parar las investigaciones que Alito tenía en curso sobre el tema.
El también presidente de la Copppal sostuvo que Adán Augusto López era el principal promotor vinculado con este cártel no solo en Tabasco sino a nivel nacional.
Las cosas bien pueden quedarse como una batalla política entre partidos políticos mexicanos que se disputan el poder, pero no hay que perder de vista el interés de Donald Trump por aniquilar el narcoterrorismo latinoamericano.
La próxima semana Alejandro Moreno dará una conferencia de prensa para revelar la información en su poder, obtenida desde la Comisión de Marina, la cual le fue arrebatada, según dijo, “de manera intolerante y arbitraria, como si estuviéramos ya en una dictadura”.
Sassón
La ceremonia del Grito de Independencia de este año estuvo llena de simbolismo: desde la Presidencia quedó clara la relevancia de las mujeres en el poder. En algunos gobiernos estatales se les dio honra a ellas, a juventudes, comunidades indígenas y migrantes, peeeero en diferentes municipios quedó manifiesta la discapacidad intelectual al cambiar de nombre a héroes y heroínas, ondear banderas con el águila al revés, aparecer borrachos y presentar bailes eróticos en plena plaza pública. ¡Viva México!
 
		
 
									 
					