✍️ Eugenio Hernández Sasso
Aunque duela, cada día que pasa se nota la diferencia entre el régimen de los apodados “neoliberales” y “conservadores” y el de la “cuarta transformación”. En aquellos tiempos se encarceló a muchos que estaban acusados de corrupción y, ahora, no se puede ocultar la defensa del gobierno a los transgresores.
En este régimen al revés todo indica que la ley está en manos de quienes deberían estar en manos de la ley. Como Morena tiene el poder absoluto, ahora desde el Ejecutivo se juzga a los adversarios políticos para impedir que la podredumbre salga a flote.
Quizá siempre ha existido la presión del poder para someter a los demás. Tal vez antes se hacía con estilo y ahora de manera burda y ordinaria. No importa que los más informados piensen que estamos en el umbral de una dictadura.
Al paso que vamos, los gobernantes del pasado, aquellos que teníamos como lo más corrupto del sistema político nacional y por lo cual se votó por el cambio en 2018, van a resultar unos héroes ante la vertiginosa impunidad que ahora no se puede ocultar al pueblo sabio, ni con mentiras repetidas mil veces.
No vamos a ir tan lejos, nada más veamos el último sexenio del “período neoliberal”. Enrique Peña Nieto encarceló a seis gobernadores, cinco de su propio Partido Revolucionario Institucional (PRI) y uno de Acción Nacional (PAN).
César Duarte (Chihuahua) fue arrestado por peculado electoral y desvío de fondos; Roberto Borge (Quintana Roo), operaciones con recursos de procedencia ilícita y el panista Guillermo Padrés (Sonora), por lavado de dinero, fraude fiscal, operaciones con recursos de procedencia ilícita, ejercicio indebido y abusivo del servicio público.
Asimismo, se enjuició a Javier Duarte (Veracruz) por operaciones con recursos de procedencia ilícita, delincuencia organizada, incumplimiento del deber legal, peculado y tráfico de influencias; Jesús García Reina (Michoacán), delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos contra la salud, y el tabasqueño Andrés Granier Melo, por defraudación y operación con recursos de procedencia ilícita, malversación y enriquecimiento ilícito.
En la administración actual sobran los señalamientos en contra de muchos. Han caído líderes criminales relacionados con políticos de altos vuelos y no ha pasado nada.
Sin embargo, a Alejandro Moreno solo bastó que desde el gobierno de Morena se dijera que algunas propiedades de su familia fueron adquiridas con recursos procedentes de lavado de dinero y ¡zas! Se las expropiaron. Se abreviaron el procedimiento legal correspondiente y ahora ni donde quejarse porque la Suprema Corte de Justicia de la Nación también imparte condena militante.
Nada más como otro dato que debería preocupar a toda la población mexicana. Los venezolanos no solamente tuvieron que aguantar expropiaciones bajo la excusa del “interés social” de sus casas, tierras u objetos personales, sino que toda empresa cuya actividad productiva no correspondía con los intereses nacionales también acabó en manos del Estado.
LAS “MENTIRITAS” DE ADÁN
Adán Augusto nació con buena estrella. De Político de medio pelo pasó a ser notario público, gobernador, secretario de Gobernación, aspirante a la Presidencia de la República, presidente de la Jucopo en el Senado, heredero millonario y próspero empresario ganadero.
El problema es que las cuentas no le cuadran. Una vez que la inquisición de un medio de comunicación lo exhibió como evasor fiscal, declaró muchas cosas que, por lo menos, quienes saben del negocio no creen.
Por ejemplo, afirmó que 24 millones de pesos que le fueron transferidos a sus cuentas bancarias el año pasado procedieron de la venta de ganado.
Para obtener esa cifra, el senador debió embarcar por lo menos 600 reses. Esto representa seis o siete jaulas completas de ganado. Dos cada dos meses.
Sin embargo, posteriormente recalcó que el año pasado le fue tan bien que comercializó 150 cabezas de ganado al mes. Entonces serían mil 800 reses, las cuales representan por lo menos tres veces más lo que declaró al principio.
Traducido a pesos, serían 72 millones, no 24. Ahí se le descuadraron los números, además de que es una exageración porque ni siquiera los ganaderos más prósperos de Tabasco tienen esa cantidad de animales en sus ranchos.
Otro punto que no coincide es ¿dónde apacienta ese ganado el “hermano” de Andrés Manuel López? Se necesitan varios miles de hectáreas para tal efecto o un establo del tamaño de la “Farmaciotota”, mínimo.
SASSÓN
Vamos bien, pero se necesitan refuerzos. Jhon Dutton, el mero mero de Yellowstone, contratará como asesor al exitoso ganadero del Senado.
 
		
 
									 
					