✍️ Eugenio Hernández Sasso
A pesar de sus bravuconadas, el presidente de Colombia, Gustavo Francisco Petro Urrego, tuvo que tragarse su fanfarronería y doblarse ante Donald Trump para recibir con gusto a todos los migrantes ilegales que sean regresados a su país desde Estados Unidos.
El domingo pasado, Gustavo Petro se plantó «valientemente» frente a Trump y no permitió que aterrizaran en Colombia dos aviones militares de E.U. que traían a un grupo de migrantes repatriados.
Su bravura poco le duró, pues el presidente del país más poderoso del mundo pasó de las amenazas a los hechos y, de inmediato, decretó un arancel del 25 por ciento a las importaciones colombianas, con la promesa de que en una semana subirían a 50 por ciento.
Además, el presidente republicano del vecino país del Norte anunció la anulación de visas para funcionarios colombianos y ¿qué creen? como por arte de magia se llegó a un acuerdo diplomático en el que ganó Trump y perdió Petro.
Esta acción fue una muestra palpable de que el mandatario estadunidense no está jugando, su determinación de expulsar de su país a toda la población migrante es un hecho y no le importa el problema que pueda causar a otras naciones.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha dicho que nuestro país no agachará la cabeza ante Donald Trump, sin embargo, no quedará otra opción que aceptar las medidas que nuestro vecino ha tomado para defender a su patria.
¿Qué podría hacer México para evitar que sean repatriados nuestros connacionales, en la condición que sea, si de los 12 millones que se encuentran en Estados Unidos uno de cada tres son indocumentados?
Nuestro país, al igual que Colombia, no aguantaría un arancel del 25 por ciento a las exportaciones a EE.UU. y mucho menos del 50 por ciento.
Además, ¿qué pasaría si al vecino se le ocurre cancelar las visas para los funcionarios mexicanos que viajan a esa nación del Norte del continente americano?
Por lo menos al senador Gerardo Fernández Noroña no le caería muy bien que los gringos le anularan su visa, pues ya se ha visto que, al igual que otros distinguidos militantes de Morena, les gusta viajar a Nueva York para disfrutar del gélido clima de invierno mientras se gastan unos cuantos dólares en la “capital del capitalismo” que tanto odian.
Las medidas tomadas por Donald Trump no se pueden tomar a la ligera por varias razones. Por ejemplo, serán millones de personas que volverán sin empleo a nuestro país, lo cual engrosará la lista de pobres y podría llevar al fracaso la estrategia de atacar la delincuencia desde la raíz, pues esta población sin trabajo podría convertirse en caldo de cultivo para fortalecer las filas de los grupos criminales.
Asimismo, dejarán de llegar a México las remesas de dólares que sustentan, en mucho, la economía del país.
Tenemos, por ejemplo, que en el penúltimo año del sexenio anterior que presidió un tabasqueño innombrable, las remesas enviadas alcanzaron un máximo histórico de 63 mil 320 millones de dólares.
Si esta ha sido la principal fuente de ingresos para la república mexicana, no es bueno ni siquiera imaginarse lo que pasaría si el país deja de percibir esa entrada económica.
Sassón
La violencia no respeta absolutamente a nada ni nadie. El sábado pasado fue asesinado Alejandro Gallegos León, periodista, catedrático de las universidades Alfa y Omega y Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), abogado de profesión y pastor por convicción de una iglesia evangélica. Las autoridades, como siempre, no presentan ningún avance en las investigaciones, aunque organismos nacionales e internacionales como la ONU, Reporteros sin Frontera y Artículo 19 exijan el pronto esclarecimiento del suceso. Es el segundo comunicólogo en la lista de este año.