✒️ Eugenio Hernández Sasso
“Errar es de humanos, perdonar es divino, rectificar es de sabios”, sostuvo en alguna ocasión el poeta inglés Alexander Pope, lo cual podría tomarse como referencia para entender que los yerros ponen a prueba a los individuos, corrigen sus dogmas, reorganizan y consolidan sus aprendizajes.
Sin embargo, las experiencias solo enseñan a los sabios, porque los estultos jamás serán ilustrados por ellas.
En México estamos a punto del naufragio. El barco tiene tantas rendijas en el casco, desde hace muchos años, que está a punto de hundirse y no hay manera de que el gobierno admita las omisiones y modifique la ruta.
Los mexicanos, la ciudadanía, la gente que supuestamente tiene el poder en sus manos cuando se vive en un régimen democrático, supuso que en 2018 reparó los portillos al llevar a la Presidencia de la república a Morena, un nuevo partido que prometía ser diferente a los institutos políticos que habían gobernado antes: PRI y PAN.
Desafortunadamente ese pueblo sabio y poderoso, pero ignorante, no tuvo la capacidad de analizar y discernir, antes de tachar las boletas electorales en 2018 y 2024, que detrás de los que daban la cara estaba lo más corrupto y vil de este país.
El pueblo se equivocó, cometió un error tan grave que llevó al poder a un dictador que demolió la estructura del país con un desgobierno que, mediante reformas constitucionales, desmanteló las instituciones para ponerlas a su servicio y desapareció los órganos autónomos para no rendir cuentas.
En seis años reformaron la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, La Guardia Nacional y el Poder Judicial, aparentemente para combatir de mejor manera la inseguridad, pero los resultados han sido catastróficos.
La violencia, durante los primeros seis años de Morena, dejó un precedente histórico, pues se registraron 199 mil 970 homicidios, 94 diarios en promedio; en tanto que en los primeros 100 días de la actual administración ya existen 7 mil 984 decesos, uno cada 19 minutos.
Hay estados como Oaxaca, Sinaloa, Tabasco, Tamaulipas y Baja California, donde la delincuencia es insoportable, pero el día 6 de enero integrantes de cárteles entregaron rosca de reyes a la gente en la tierra del ex presidente, por ejemplo. ¿Habrase visto semejante impunidad?
Es lógico que se tiene que cambiar la política de seguridad. El gobierno tiene que admitir sus deficiencias y aceptar que se ha convertido en una desgracia para México. Ya se perdió la paz y la tranquilidad en menos de siete años.
El error de seguir con la misma política fallida de “abrazos, no balazos” aleja al gobierno de Claudia Sheinbaum de cualquier posibilidad de éxito. Si no cambia el rumbo y demuestra que verdaderamente lleva el timón de la nave, sus planes y proyectos se van a estrellar en el basurero de la historia.
México está volando sin sistema de navegación, y, para el infortunio de alrededor de 132 millones de mexicanos, no se puede cambiar el curso porque existen intereses políticos, económicos y quién sabe de qué otra índole.
A partir del 20 de enero del presente año, por si esto no basta, vamos a enfrentarnos con otra realidad, la del “envío” de millones de indocumentados a nuestro territorio por parte de Estados Unidos, y, si bien nos va, exentaremos la invasión y el bombardeo de laboratorios de fentanilo que prometió Donald Trump.
También habrá que sortear, a partir del próximo lunes, los problemas diplomáticos y de comercialización que podría generar el cumplimiento de las amenazas del presidente estadounidense. ¡Maydey, maydey, maydey!
Sassón
El año 2025 inició con la vida más cara y difícil. La canasta básica está por las nubes, los gasolinazos no se detienen, el peaje es cada vez más caro y las carreteras del país están hechas pedazos. Los jefes de familia están cada vez más endeudados, la medicina y los insumos escasea en los hospitales ¿Con quién cuentan los mexicanos para salir de la crisis?