✍️ Eugenio Hernández Sasso
Todo parece indicar que en la Secretaría de Educación (Setab) del estado de Tabasco se busca generar conflictos, en vez de resolverlos y procurar la paz y la tranquilidad entre la dependencia y el magisterio.
El sindicato de maestros se ha caracterizado, históricamente, por encabezar huelgas, salir a las calles cuando están inconformes, y, el gobierno, en contraparte, ha buscado reprimirlos.
Lo último en Tabasco fue la Ley Garrote que elaboró el Congreso del Estado, a propuesta del ex gobernador Adán Augusto López Hernández, la cual prohíbe todo tipo de manifestación.
El caso es que este fin de semana la titular de la Secretaría de Educación en el estado, Patricia Iparrea, presumió una reunión, en su despacho, con líderes magisteriales en el que resalta, de acuerdo a un comunicado oficial, “el compromiso conjunto para trabajar en favor del bienestar del personal docente, administrativo y de apoyo, reconociendo que son ellos los pilares fundamentales de la educación en la entidad y el país”.
Lo raro de esto es que en ese cónclave estuvieron Ricardo López Frías, del SITET; Francisco Barrera Balbuena, del SITEM; Carlos de Jesús Esteban López, del Sindicato Administrativo de la Secretaría de Educación de Tabasco (SNASET); Baldemar Torres Falconi, del recién creado Sindicato del Sector Educativo de Tabasco (SSET); Rubicel de la Cruz Jiménez, del Gremio Nacional de Trabajadores de la Educación (GNTE), y el secretario general del Sindicato Magisterial de los Trabajadores del Estado (SMTE), Benjamín Molina Cab.
En esa lista no aparece José Leonides Gallegos Glori, secretario general del SNTE en la entidad, una de las organizaciones con mayor número de agremiados y con presencia nacional.
Se comenta que hay dos razones que justifican su inasistencia. Primero, le avisaron cuarto para las 12 de la reunión, y, segundo, los representantes de los sindicatos minoritarios debieron firmar una Carta Compromiso de Cumplimiento y Aplicación del Código de Ética y el Código de Conducta de la Setab.
Eso no tendría nada de malo, si no fuera porque mañosamente la titular de la dependencia busca entrampar a las maestras y los maestros, para que no tengan ninguna opción de protestar ni inconformarse contra cualquier acción o cambio que proponga la dependencia.
Se sabe que quienes asistieron estuvieron de acuerdo en llevarle el juego a la funcionaria, pero falta ver que el magisterio en su conjunto firme esos documentos que, sumados a la Ley Garrote, los dejan en la total indefensión para no estar en desacuerdo en nada.
El punto número cinco de la mencionada Carta Compromiso de Cumplimiento y Aplicación del Código de Ética y el Código de Conducta, señala específicamente que quienes rellenen el documento con su puño y letra, y lo rubriquen, se apegarán estrictamente a “Evitar cualquier conducta que sea antiética o dañar la imagen de la Secretaría de Educación del Estado de Tabasco”, además de otros inconvenientes para la base trabajadora.
Durante muchos años se ha mantenido una relación tirante entre las autoridades educativas y el magisterio, solo que hasta ahora la liga ha resistido y no ha reventado. ¿Será esta la gota que derrame el vaso?
Las inconformidades se han ido acumulando a través del tiempo, pues también hay maestras y maestros que fueron cesados arbitrariamente de sus cargos a la llegada de Patricia Iparrea y, actualmente, están en proceso demandas laborales que seguramente va a perder la institución y tendrán que pagar salarios caídos y reinstalar a los afectados en sus plazas asignadas desde mucho tiempo atrás, incluso, décadas de servicio.
Sassón
En la Setab empezaron con el pie izquierdo desde el inicio. ¿Por qué no ayudan al jefe del Ejecutivo a evitar problemas? ¿Para qué alborotan el avispero? Si hay un grupo organizado y con experiencia en luchar por sus derechos, ese es el magisterio. Ojalá y reflexionen, corrijan y eviten complejidades.