✍️ Eugenio Hernández Sasso
Javier May Rodríguez habló con la verdad en el mensaje que dirigió al pueblo el domingo pasado, con motivo de su Primer Informe de Gobierno Constitucional, y los hechos lo respaldan.
En Tabasco se ha realizado mucho en solo 365 días. El compromiso del gobernador al recibir la administración del estado fue ser ágiles y dar resultados en poco tiempo y parece que lo ha logrado.
En su resumen dio cuenta de obras, apoyos sociales federales y estatales, aumento en la recaudación, rompimiento de pactos con la delincuencia, combate a la corrupción y la impunidad, entre otras acciones.
Todo esto ha dado como resultado que, de recibir un estado en una situación sumamente compleja, ahora sea una administración honesta y disciplinada en la que se ha hecho mucho con el mismo presupuesto.
Esa es la prueba del por qué existe mayor confianza del pueblo en su mandato.
Para el año próximo Tabasco tendrá un presupuesto de 66 mil 884.5 millones de pesos. El desarrollo no se verá afectado porque lo que pareciera un recorte solo es una reorientación de recursos. Es ordenar lo desordenado, simplemente.
También lanzó mensajes políticos a sus adversarios: “Aquí estamos y, para pesar de algunos, aquí seguiremos”, expresó en el Centro de Convenciones Tabasco 2000.
Los adversarios de Javier May, por ejemplo, afirmaron que el representante de la presidenta Claudia Sheinbaum era de poca monta, sin embargo, otros estimaron que Vidal Llerenas fue el vivo memorándum del respaldo financiero de la federación en materia de economía.
Como su gobierno es del pueblo y para el pueblo, los acuerdos ahora se llevan a cabo desde el sentir popular y se dejaron de hacer pactos con la cúpula. Tal vez esa sea la diferencia y el motivo de la inconformidad de algunos.
Quienes ahora lo critican, o son políticos o están fuera de los privilegios. Esa es la realidad. Se entiende porque en la lucha por el poder los que están afuera quieren entrar y los que están dentro quieren permanecer.
El asunto es que aquellos que califican el trabajo del gobernante son los de abajo. Esos que permanecieron olvidados por mucho tiempo y ahora reciben mayores beneficios.
Los máximos dirigentes de otrora grupos de poder quisieran con toda el alma que Javier May se tropezara, pero el pueblo lo sostiene, le aplaude y lo recibe con cariño en las comunidades.
A la par de su informe, por ejemplo, la encuestadora Enkoll publicó en el diario nacional El Universal su más reciente sondeo de opinión en Tabasco, el cual le otorga un 66 por ciento de aceptación de los tabasqueños a su gobernador.
Eso prueba que se ha mantenido en la simpatía de sus gobernados, precisamente porque se ha dedicado a trabajar y no atender la grilla de sus adversarios.
Un ejemplo también fue el reconocimiento de su homólogo Eduardo Ramírez en materia de seguridad. La colaboración entre ambas entidades ha sido fundamental para devolver la paz y la tranquilidad a la región.
Aunque ambos han utilizado diferentes estrategias, los resultados están a la vista. Javier May empezó su gobierno atacando las causas que generan la violencia.
Después de ello desmanteló diferentes células delictivas, entre ellas el llamado cártel de La Barredora. Esto se ha traducido en más de mil 600 detenidos en un solo año. Las cifras hablan por sí solas.
Ahora viene otra etapa. Para el próximo ejercicio 2026 se invertirá una buena suma en equipos y tecnología de punta para combatir el crimen. Esto derribará también argumentos de sus opositores y tendrán que replantear su narrativa.
De esta forma el gobierno de Tabasco seguramente dotará a sus policías de todo lo necesario para hacer trabajo de inteligencia y patrullar con drones, entre otros equipos de primera generación.
La ventaja de un gobierno democrático es que su fuerza radica exclusivamente en el pueblo, no en los cafés ni desde las oficinas donde se planean críticas, a veces hasta absurdas.
Sassón
En Cárdenas, parece que al presidente municipal Euclides Alejandro le ha dado por pelear con los medios de comunicación más importantes e influyentes de la región, en vez de aclarar todo lo que se dice en cuanto a que ya nadie puede hacer actividad alguna porque tiene que pagar una tarifa al Ayuntamiento. Quienes se resisten a ello, según comentan cibernautas, son reprimidos por la policía local y hasta privados de su libertad.

