✍️ Eugenio Hernández Sasso
El nivel de impunidad con que actuaban anteriormente los criminales les permitía estar incrustados en el servicio público y, desde ahí, delinquir en contra de la sociedad. Afortunadamente esto se ha combatido con fuerza.
En tiempos anteriores era insospechable que policías encargados de cuidar la seguridad del pueblo fueran los protagonistas de su desgracia.
También era imposible advertir, como sociedad, que desde centros educativos operaran bandas organizadas de malhechores capaces de extorsionar a la gente. ¿A qué están expuestos las y los jóvenes, además del presupuesto?
Ejemplos hay muchos, pero vamos a centrarnos en dos: el ex secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de Tabasco, Hernán “N” alias El Abuelo, y cómplices que lo acompañaban, así como el de media docena de servidores públicos del Colegio de Bachilleres (Cobach) del estado de Chiapas.
Como es bien sabido, El Abuelo fue detenido en Paraguay y expulsado de ese país para que rindiera cuentas en México como presunto líder del cártel de La Barredora.
En las manos de ese exfuncionario estaba la seguridad pública de los tabasqueños en el tiempo en que el ahora senador de Morena, Adán Augusto López, fuera gobernador.
Su segundo al mando era el también ex policía Ulises “N”, alias El Pinto, quien también hacía la función de escolta.
Igualmente formaba parte de ese grupo delincuencial Leonardo Arturo “N” alias El Carnal, ex director de la Policía Estatal de Tabasco y mano derecha de Hernán “N”. Este sujeto fue recientemente detenido en Tuxtla.
Lo más patético de este caso es que, en un video del año 2022, ese ex jefe policiaco aparecía advirtiendo a la ciudadanía sobre cómo actuar ante una llamada de extorsión.
¡Qué ironía! El hombre que fue detenido esta semana por extorsión a comerciantes, secuestro, venta de droga y homicidios en la región, salía en redes sociales con uniforme de gendarme invitando a la ciudadanía a acercarse a él para brindarle auxilio. ¡Dios me libre!
Ahora bien, en el Cobach del estado de Chiapas fueron capturados seis servidores públicos que desempeñaban cargos de eminencia. No eran cualquier baba de perico. Eran criminales de cuello blanco y estaban a cargo de la educación de las nuevas generaciones.
Los indiciados, informa la Fiscalía General del Estado (FGE) en un boletín, son: Julio César “N”, Director Administrativo; Mauricio “N”, Jefe de Departamento de Mantenimiento; José “N”, Subdirector Jurídico; Francisco “N”, Jefe de Departamento de Almacén e Inventario; Juan “N”, Director Normativo, y Julio “N”, Jefe del Departamento de Recursos Materiales.
Todos tenían cargo de “jefes”. ¿En manos de quién está la educación? ¿A qué estaban o están expuestos las y los jóvenes de ese subsistema educativo en Chiapas? ¿En quién va a confiar la sociedad? Como dijo El Chapulín Colorado ¿y ahora quién podrá defendernos?
Los gobernantes, obviamente que no estén involucrados en la mafia, tendrán que analizar profundamente hasta encontrar cuáles son en realidad las causas que motivan a muchos para actuar fuera de la ley, porque la raíz ya no es el desempleo ni la pobreza.
Antes se decía que el caldo de cultivo era no tener un ingreso. La gente delinquía por necesidad. Ese argumento se derriba desde el momento en que funcionarios de alto nivel, empresarios y demás integrantes de la high society se dedican a infringir la ley.
¿Policías de todo el país y empleados del Cobach de Chiapas organizados para delinquir? Es difícil de creer semejante aberración. Pero ahí está la verdad.
Sassón
El cinismo del senador de Morena Gerardo Fernández “Lloroña” no tiene límites. Fue hasta Palestina para darse cuenta que hay gente que “no tiene derecho a ser” y luego romper en llanto. ¿Por qué no lloró antes de humillar a un ciudadano y obligarlo a que le pidiera perdón públicamente porque se atrevió a criticarlo? Tampoco hizo, por lo menos, la faramalla cuando murieron 27 personas en la Línea 12 del Metro, o cuando se ahogaron 70 en Veracruz, o por los que desaparecen a diario reclutados por el crimen organizado. Solo un ciego no puede percibir la situación que viven los mexicanos. En este país asesinan a 70 personas diarias en promedio. Van 227 mil 395 asesinatos desde que llegó Morena al gobierno. Si derramara una lágrima por funeral se pasaría llorando todo el año y ya hasta se habría deshidratado.

