✍️ Eugenio Hernández Sasso
Sin lugar a dudas el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar ha cumplido con el compromiso de disminuir la percepción y los índices delincuenciales en el estado de Chiapas, pero tal parece que algunos de sus funcionarios no han entendido cabalmente el propósito y han descuidado su responsabilidad de acabar con la impunidad.
Ha pasado casi un año desde que el nuevo régimen entró en funciones y no se ha podido actuar legalmente en contra de personajes señalados de corrupción en la administración de Rutilio Escandón Cadenas, como son José Manuel Cruz Castellanos, mejor conocido como Pepe Cruz onel manchabatas, y Angel Torres Culebro, alías El Caído.
Si a un año de la Nueva ERA no hay elementos para juzgar a esos dos representantes del grupo Tabasco, quiere decir que al Jaguar le están fallando la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno (SAyBG), la Auditoría Superior del Estado (ASE) y los propios diputados que, en teoría, deben defender al pueblo a capa y espada.
Si no existen auditorías serias con resultados contundentes en contra del Ángel «Caído» y del doctor Pepe Cruz, no se puede desaforar, la Fiscalía General del Estado no tiene elementos para integrar una carpeta de investigación y actuar en contra de estos delincuentes de cuello blanco y, menos, el Poder Judicial, a través de algún juez, emitir una orden de aprehensión.
Las y los chiapanecos saben y reconocen que el gobierno de Eduardo Ramírez ha atacado ferozmente la corrupción y la impunidad para disminuir la proliferación del crimen organizado que tenía secuestrada la paz y la tranquilidad, pero sus funcionarios de las instituciones mencionadas le han quedado a deber a todas y todos.
Desde el inicio del gobierno de la Nueva ERA el secretario de Salud dio a conocer pormenores del saqueo brutal que se hizo en esa dependencia, al grado que el doctor Omar Gómez Cruz se sintió tan ofendido que dejó de usar la emblemática bata de galeno porque el tabasqueño, actual senador por Chiapas, la dejó mucho más que manchada, ultrajada, denigrada.
También se hicieron evidentes las malas obras y los presuntos negocios con empresas fantasmas de Ángel Torres Culebro, aquel «licenciado» que ocupó la delicada responsabilidad de hacer obras públicas en la entidad y no solo se le cayeron los domos sino que también le hicieron agua los distribuidores viales que más bien enredan el tráfico en la capital tuxtleca.
Está a la vista que ni la SAyBG ni la ASE han cumplido con reunir las pruebas para proceder judicialmente contra quienes están señalados por el pueblo sabio, pero tampoco los diputados han cumplido su chamba como representantes de los chiapanecos afectados.
La ASE simplemente ha dejado pasar el tiempo y no ha hecho nada para que la justicia llegue, en tanto Pepe Cruz (el «manchabatas»), y Ángel («El Caído») Torres, se desempeñan impunemente en el Senado de la República y la alcaldía de Tuxtla, respectivamente, respaldados por el Grupo Tabasco que tanto daño le ha hecho no solo a Chapas sino a todo el país.
Sassón
¿Quién le está fallando al pueblo de Chiapas? ¿Acaso será Ana Laura Romero Basurto, José Antonio Aguilar Meza o el Congreso del Estado? En la medida que pasa el tiempo se desvanece la esperanza de ver castigados a los culpables de la desgracia del estado. ¿Hay algún compromiso inconfesable con ellos?
 
		
 
									 
					