✍️ Eugenio Hernández Sasso
Los cárteles de Sinaloa (CDS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG) podrían estar prácticamente en jaque, al ordenar el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, su eliminación total.
¿Habrá colaboración del gobierno mexicano para que los vecinos lleven a cabo esas acciones o, en su defecto, se protegerá a quienes han sido consentidos con “abrazos, no balazos”? Ese es un misterio difícil de adivinar.
Como bien indica el dicho popular “ya éramos muchos y parió la abuela”, pues México ha sufrido de todo con los malos gobiernos y ahora tendrá que soportar la intervención extranjera para frenar la delincuencia.
Las y los mexicanos han padecido corrupción, delincuencia organizada, atraso económico y educativo, crisis de salud, desempleo, robos, asesinatos, fraudes electorales e impunidad, entre otras calamidades.
La peor pesadilla en el país se vivió con el mandato anterior de Andrés Manuel López Obrador, quien creyó que escondido en la mitomanía y negar la realidad solucionaría mágicamente los problemas importantes de México.
Quienes pensaban que las y los mexicanos ya habían vivido lo peor estaban equivocados, lo que se avecina, si se consuman todas las amenazas de Donald Trump contra México, en breve los defensores de Morena van a maldecir a ese partido y también a sus gobernantes.
El miércoles pasado, el Departamento de Justicia del Gobierno de Estados Unidos publicó un memorándum en el que instruyó a la eliminación total de los cárteles y organizaciones criminales transnacionales, como lo ordenó el presidente Donald Trump.
“No basta con detener la marea de venenos mortales, como el fentanilo, que estos grupos distribuyen en nuestra patria”, advierte el documento.
Recordemos que el mandatario estadunidense ordenó desde el 20 de enero, cuando tomó posesión por segunda vez de la presidencia de Estados Unidos, una revisión a las estrategias de seguridad, luego designó a los cárteles mexicanos del narcotráfico como organizaciones terroristas extranjeras, y, actualmente, no los quiere ver ni en pintura.
En EE.UU. existe una ley, desde 1996, que le posibilita crear una lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras y establecer mecanismos de persecución y sanciones específicas para las entidades incluidas en ella.
Para ser designadas como tales, las entidades deben cumplir tres criterios: ser extranjeras, participar en actos de terrorismo o tener la intención de hacerlo, y ser «una amenaza para la seguridad de los estadounidenses o para la defensa, las relaciones exteriores o los intereses económicos de EE.UU.».
Los cárteles mexicanos en mención empezaron a reunir estos requisitos, desde el momento en que las estadísticas arrojaron la muerte de por lo menos 70 o 75 mil ciudadanos estadunidenses, cada año, por el consumo de fentanilo.
Esto los ubicó como una amenaza para la seguridad nacional del vecino país del Norte. Ante tal situación ¿Qué será lo más conveniente para el gobierno mexicano?
¿Será que el tiempo le dará la razón al extinto Porfirio Muñoz Ledo, quien advirtió sobre la existencia de un narcoestado en México?
En ese entonces muchos de los llamados chairos lo criticaron sin misericordia y hasta lo consideraron loco, pero él aseguro que tenía bajo resguardo las pruebas.
La crisis podría agudizarse en nuestro país si, además de la desaparición de los cárteles más fuertes de México, empezarán las capturas y persecuciones de importantes cuadros políticos vinculados con el narcotráfico, como lo insinuó Muñoz Ledo en una de sus últimas entrevistas.
Sassón
¿Qué será más fácil, colaborar con EE. UU. para frenar la delincuencia en México o confrontar a la nación más poderosa del mundo? Los mexicanos ya no quieren sangre ni luto, quieren paz y tranquilidad. Hay que actuar con el corazón caliente, pero con la cabeza fría. Ah, y aplicar tantita diplomacia.