✍️ Eugenio Hernández Sasso
Actualmente existen diferentes tipos de violencia. En esta entrega nos vamos a referir específicamente a la violencia física, aquella que se clasifica como cualquier acto que inflige daño no accidental, usando la fuerza física o algún tipo de arma u objeto que pueda provocar o no lesiones, ya sean internas, externas, o ambas.
Pero no nos vamos a referir a la violencia de género en contra de las mujeres, por supuesto, sino a ciertos actores de la política estatal y federal que se han revelado como verdaderos energúmenos por viejos o recientes agravios. Se rasguñan, sí, pero no son damas.
Entre estos están dos sucesos que se registraron este jueves, casi de manera simultánea, en el Congreso del Estado de Chiapas y en el Senado de la República.
En Chiapas, el ex diputado del PVEM, Eduardo Zenteno Núñez, se presentó al parlamento local a reclamarle al actual legislador Ismael Brito Mazariegos, de Morena pero con origen verdecologista, ciertos agravios que datan del año 2018 y 2019.
El video se hizo viral de inmediato y trascendió las fronteras del estado y del país.
En las imágenes se ve a un Ismael Brito que en un principio quiso encarar a su oponente, pero al primer golpe se acobardó, se fue prácticamente al suelo, se encogió para salvar la integridad de su rostro (y la dentadura) y se escondió debajo de la mesa donde, por cierto, sostenía una reunión previa a la sesión, con sus compañeros de bancada.
Quienes lo conocen se preguntaron ¿qué pasó con el otrora alzado Ismael Brito? ¿Acaso se le acabó el poder? Lo cierto es que terminó bastante disminuido después del hecho.
La escena fue por demás humillante para alguien que toda su vida ha sido insolente, pues en Chiapas todos saben que la soberbia y prepotencia fueron sus principales características cuando estuvo como secretario General de Gobierno, al inicio de la administración de Rutilio Escandón Cadenas.
De hecho, el origen del problema viene de ahí, porque se dice que cuando se ocupó de la política interna del estado, Brito obligó a Zenteno Núñez a pedir licencia a la diputación y a desterrarse de Chiapas para no ser encarcelado.
Su delito fue no ponerse al servicio de la campaña de quien en unas horas dejará la jefatura del Poder Ejecutivo en la entidad.
El otro hecho fue de mayor nivel y trascendencia, pues en el Senado de la República
la ex corcholata tabasqueña y ahora líder de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la cámara alta, Adán Augusto López Hernández, junto con Miguel Ángel Yunes Márquez protagonizaron una riña contra su homólogo panista Mario Vázquez Robles, en donde de las palabras altisonantes pasaron a los empujones.
«Te voy a partir la madre», le dijeron a quien desde la tribuna afirmó que a su ex compañero de bancada, Miguel Ángel Yunes, “le han eliminado las órdenes de aprehensión que tenía, previamente a que ustedes lo cooptaran, lo amenazaran y él concediera, cediera y se las diera”.
El tabasqueño López fue hasta la curul de su adversario y le pidió que se disculpara, lo cual hizo que se calentara más el ambiente y se retaran como chamacos de la escuela.
“Donde te vea te voy a partir la madre”, “te espero allá afuera culero”, le espetó Yunes al panista, en tanto la ex corcholata guinda se quitaba el saco, se arremangaba la camisa e incitaba a su compañero de bancada a que le rajara su mandarina en gajos.
De ese nivel se están viviendo las cosas, y, por lo que se ve, la política ya no es un instrumento de diálogo, acuerdos y consensos, sino de insultos, agravios, venganzas, agresiones físicas y lo que pueda presentarse más adelante. Lo peor del caso es que, cuando eran oposición, criticaban a sus antagonistas que ahora son oposición.
Sassón
En tiempos de violencia criminal cualquier cosa puede suceder. Ojalá y este tipo de enfrentamientos nunca culmine en desgracias lamentables y, por el bien de todos, solo sean llamaradas de petate.